Entré por la puerta del conservatorio y caminé, alguien me estaba llamado la atención, me giré. Mi corazón dio un vuelco de 180º y palpitó con fuerza, me paré y le esperé, le saludé y fuimos juntos a la clase, sus ojos verdes me asombraban, pero no tanto como él en sí.
Llegamos juntos a la clase, seguí mirando sus imponentes ojos verdes, para mi eran como un imán, no puedo separar la vista de ellos... algo sobrenatural.
Se sentó a mi lado, él al lado de la ventana; como siempre, con su típica sonrisa de todo me da igual, esa sonrisa que me encanta, que me enamora más por día. No pude separar la mirada de sus ojos en toda la hora, le quería y le sigo queriendo. Él es perfecto, a su manera.
El martes, volví al conservatorio, escuché la voz de dos amigos míos desde la esquina, y yo seguí concentrada en mi IPod les saludé, decidimos ir a clase. Sentí la impresión de que mi corazón se paró, al menos por tres segundos, no se si se me cambió la expresión de la cara, lo que se, es que le quiero, que aunque sea un idiota, me gusta y le quiero, que me da igual lo que la gente diga de él, que no le cambiaría por nada. Me saludó, pero pasé de él, subí las escaleras sobresaltada, sintiendo como si el corazón se me saliese del pecho, mordiendome el labio inferior.
A la salida de clase, ya no sabía que hacer, estaba desesperada. Fui a la puerta, y allí estaba, apoyado en la pared, con una sudadera de rayas azules y blanca y su mochila verde fosforito, preferí alejarme de él, así que seguí hacia delante, no podía apartarle la vista.
Att:Make Real A Dream.
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